dimarts, 27 de setembre del 2011

LOS PASOS DOBLES y la crítica "Chewbacca"

¿Quien no recuerda al viejo Chewbacca? ¿El compañero de Hans Solo (Harrison Ford) en la legendaria zaga de George Lucas "La Guerra de las Galaxias"?
Chewbacca poseía muchas características que lo convirtieron en un personaje inolvidable para toda una generación, como su carácter bestial, su fuerza bruta insuperable, su aspecto peludo y salvaje, y sobre todo, su comunicación oral basada en el uso de gruñidos, murmullos y gestos bruscos y perentorios. Con semejante descripción, son muchos los personajes reales en todo el mundo que podrían recordarnos a este Chewbacca, y sin duda, cada lector podría pensar en sus propios Chewbaccas particulares.

Sin embargo, durante estos días, leyendo cierta crítica cinematografica alrededor de la presente edición del Festival de Cine de San Sebastián, que ha encumbrado a lo más alto a Isaki Lacuesta, concediéndole la Concha de Oro por su alucinante película Los pasos dobles, he podido recordar una vez más al viejo Chewbacca, representado esta vez por la figura y la palabra del que muchos consideran el más importante crítico de cine de España, Carlos Boyero, quien ha publicado en El País dos artículos furibundos cargando contra la cinta ganadora del certamen. 

 En honor a la verdad, debo reconocer primero que la comparación que hago entre el mítico Chewbacca y el crítico de cine Boyero, es exagerada. Es exagerada porque a pesar de las similitudes evidentes (que ahora paso a explicar), una profunda diferencia los separa: En Chewbacca, la violencia y el gruñido son épicos y desgarrados, pues el gran salvaje es el último superviviente de una especie extinguida y aniquilada por el Imperio, que se entrega en cuerpo y alma a la guerra total.
Lo del señor Boyero, en cambio, es chewbacquismo a secas, sin hielo, sin agua light, sin la belleza triste de la épica. Vulgaridad sin paliativos, sin argumentos, sin ideas ni matices.

La respuesta subyace, como casi siempre, en el fondo de sí misma. Es como pregonan los santones hinduistas, cuando embelesados y en estado de gracia nos anuncian que la Verdad habita en nosotros mismos. Y es que en los mismos artículos en que Boyero se despacha a gusto contra Los pasos dobles, sostiene también otros dichos que le emparentan indefectiblemente con la tribu de los Chewbacca. Veamos: En su artículo del 20 de septiembre, el mismo en que clasifica la película de Lacuesta de "intragable" y de ser "una gilipollez", arremete contra Amenábar por haber trabajado con la actriz Rachel Weisz, y no haberla puesto en traje de Eva protagonizando una orgía: "Y nunca podré perdonarle a Amenábar en Ágora que se empeñara en hacerla virginal y asexuada, y que no me la mostrara (...) desnuda y carnal, montándoselo con alguien, me da igual que fuera con hombres, con mujeres, con animales o consigo misma". Luego repite, no sin patetismo, como si no nos hubiera quedado clarísimo su machismo ibérico de bigote, tabaco negro y ron de la marca Soberano, -"Cosa de Hombres", según reza su eslogan- que "como cualquier hombre (...) me enamoré de esa mujer. (...) no puedo dejar de mirarla, y sufro con ella."

En el segundo artículo contra Los pasos dobles, firmado el 25 de septiembre, después de que Lacuesta se alzara con el primer premio a pesar de la presión ejercida sobre el jurado por el mismo crítico Boyero, éste no se queda corto en adjetivos: "Ininteligible", "vanamente pretenciosa", "mortalmente aburrida", "puzle caprichoso", "relato muerto", "pseudopelícula", son los calificativos que utiliza. Y uno tiene la curiosidad de preguntarse que, si Isaki Lacuesta hubiera incluido en su película alguna escena "desnuda y carnal" con alguna actriz cotizada, el crítico Boyero seguiría pensando lo mismo. Eso no lo sabemos, aunque sí lo sospechemos. Lo que queda claro, una vez más, es lo que el mismo Boyero agrega en éste artículo: Profundamente decepcionado y picado con el triunfo de Isaki Lacuesta, arremete contra la presidenta del jurado, la actriz norteamericana Francis McDormand, sugiriéndole que "sea consecuente en el futuro" y se ofrezca "a trabajar incluso gratuitamente en las próximas y apasionantes ficciones de este director, tan convencida de su genialidad". ¿Tiene que ver una cosa con la otra?.

Para terminar, sólo me queda por agregar que Los pasos dobles  es una de las películas más bellas que he visto, alegre, conmovedora y dinámica, constituye un viaje alucinante por la geografía física y humana del continente más humillado y todavía hoy desconocido de la tierra. Los pasos dobles renueva el cine del siglo XXI, basándose no en las piruetas técnicas y los malabarismos posibles gracias al uso de las nuevas tecnología, sino en la reformulación misma de la narración cinematográfica, anclada en los límites de un tiempo lineal que siempre conduce a un final definitivo, adaptándola al lenguaje propio de la gran tradición oral africana, que imbuida en la magia y la leyenda, cabalga en la superioridad del concepto de episodio, por sobre el concepto de trama, produciendo una historia que es una suma de historias, una flecha que se dispara en múltiples sentidos y que vuela muy alto, junto a las águilas, entre el sol y la tierra, muy por encima de los cacareos y los comentarios de vuelo gallináceo de la crítica Chewbacca.
 
JORGE MORALES
GIRONA, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2011